La clínica anterior en el nº33 de la rúa Marqués de Valladares fue una obra realizada por nosotros hace una década, el nuevo proyecto de reforma afronta la ampliación de la Clínica Guitián sobre el nº31 duplicando su superficie. Los locales se ubican en dos edificios realizados según proyectos de Jacobo Esténs en 1922 y 1931 copiando las formas neomedievales de la primera casa Yañez que Michel Pacewick trazara en el 1900, ambas catalogadas con un nivel de protección alto.

La intervención ahonda sobre temas de proyecto abordados hace 10 años relacionados con el diálogo entre las edificaciones existentes y la obra. Se plantea una estrategia que permite implantar una actividad con un programa complejo mediante nuevos paramentos de vidrio de suelo a techo permitiendo la visión de los muros de piedra portantes jugando con el color, la transparencia y los reflejos para crear una atmósfera limpia y etérea.

Los materiales cerámicos y el vidrio son muy adecuados en entornos sanitarios y funcionan a la perfección en bloques quirúrgicos por lo que prácticamente configuran el interior de la clínica.

Hacia el exterior, se recupera la fachada original mediante carpinterías de acero de color marrón empleado en la época de construcción de los inmuebles. La rehabilitación de los huecos supuso recuperar de una forma más adecuada la visión de las molduras labradas en la sillería de piedra, sustituyendo unas carpinterías pegadas al hueco de aluminio por unas nuevas separadas de la sillería en piedra, en las que la posición del marco realizado con chapón de acero, permite mediante una entrecalle muy profunda, realzar la visión de las molduras.

Para lograr un nivel de privacidad adecuado al uso sobre los espacios de espera, en el perímetro detrás de la fachada y, permitiendo un control solar sobre las ventanas, se proyectó una celosía mediante tubos cerámicos muy esbeltos confinados por el marco de acero, de forma que no se pudiesen ver como participes de la fachada original. La posición del vidrio que forma el acristalamiento de los huecos se realiza de forma retranqueada con respecto al plano de fachada, el plano acristalado se desarrolla a haces interiores remetido con respecto a este y permitiendo una separación entre esta y la celosía de forma que se respeta el juego de sombras que se producía anteriormente con las antiguas persianas de madera exteriores sobre todo en plantas altas y de forma generalizada en el ensanche de Vigo.

Los accesos cuentan con una doble puerta exterior, la primera constituye el cierre de la clínica cuando está cerrada y forma un bloque monolítico con la carpintería y la segunda de vidrio automatizada, recuperando el espacio vestíbular exterior que fuera mutilado en actuaciones anteriores sobre el inmueble en el nº31 de la rúa Marqués de Valladares.

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